¿Qué es el autismo?
El autismo es un trastorno complejo del desarrollo que se define desde un punto de vista conductal. Está caracterizado por:
- Ausencia de respuestas sociales, con alteraciones en el lenguaje y en las habilidades de comunicación.
- Actividades e intereses restringidos, repetitivos y estereotipados.
- Resistencia al cambio.
- Incapacidad para anticipar el peligro.
Las personas con autismo tienen perfiles de funcionamiento muy variado, cambiando en función de la edad, la capacidad intelectual, patologías asociadas, ayudas recibidas etc.
La detección temprana y la intervención disminuyen las conductas disyuntivas y mejoran las habilidades funcionales.
¿Cuándo aparecen estas complicaciones?
Las dificultades que presentan las personas con autismo, comienzan a aparecer en una fase temprana del desarrollo cuando empiezan a formarse algunas funciones cerebrales superiores como:
- La capacidad de comprender a los demás como personas dotadas de mente (Teoría de la mente)
- Funciones de comunicación y lenguaje
- Comprensión de símbolos
- Flexibilidad cognitiva
¿Cómo intervenir en autismo?
La intervención en autismo debe de ser intradisciplinar que involucre no sólo a los diversos profesionales (neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, profesores, logopedas etc…) sino también a la familia, al entorno educativo y a la comunidad.
No existe un consenso en cuanto al mejor método de intervención, éste tiene que adaptarse a las características individuales y al entorno. Debido a la gran heterogeneidad de los pacientes y a la dificultad en comparar las intervenciones, es complicado recomendar, en base a la evidencia científica, un método u otro. Sin embargo parece que las intervenciones combinadas inciden de manera positiva en la adquisición de nuevas habilidades.
Es muy importante que la familia esté involucrada en el tratamiento para que el aprendizaje sea mayor.
Clasificación de los modelos de intervención
1. Intervenciones psicodinámicas
Prácticamente no se usan, parten de interpretaciones obsoletas del autismo como la falta de desarrollo de un vínculo con los progenitores. No existe evidencia de que este trastorno tenga una causa psicológica y dichos tratamientos psicoanalíticos no han demostrado ninguna eficacia.
2. Intervenciones biomédicas
Tanto las medicaciones para tratar los síndromes nucleares del autismo como las modificaciones en la dieta no han demostrado alguna eficacia científica.
3. Intervenciones psicoeducativas
3.1 Intervenciones conductuales
Se basan en enseñar a los niños y niñas nuevos comportamientos y habilidades, usando técnicas especializadas como el Programa Lovaas, o el Análisis aplicado de la conducta (ABA).
3.2 Intervenciones evolutivas
Ayudan a desarrollar relaciones positivas y significativas con otras personas. Enseñan técnicas sociales y de comunicación, en ambientes estructurados, y como desarrollar habilidades de la vida diaria.
3.3 Intervenciones basadas en terapias
Se centran en trabajar dificultades específicas, centrándose en las habilidades sociales y de comunicación o en el desarrollo sensoriomotor.
3.4 Intervenciones basadas en la familia
Se basan en enfatizar la idea de que la inclusión de la familia en el tratamiento es fundamental para las necesidades del niño/a.
3.5 Intervenciones combinadas
Combinan elementos de métodos conductuales y evolutivos, por lo que resultan más eficaces como son el modelo SCERTS, el modelo TEACCH (es el más usado), el modelo Denver y el modelo LEAP.
En la siguiente infografía puedes aprender las diferentes conductas características de las personas con autismo.
Te recomiendo este cortometraje de animación realizado por el dibujante Miguel Gallardo, padre de una hija con autismo.
Bibliografía:
– Mulas F, Ros-Cervera G, Millá MG, Etchepareborda MC, Abad L, Téllez de Meneses M. Modelos de intervención en niños con autismo. Rev Neurol 2010; 50 (Supl 3): S77-84.