“Lo más difícil de tener una enfermedad mental es que todo el mundo espera que te comportes como si no la tuvieras”
Joker, 2019
El mes de octubre ha llegado con gran revuelo por el estreno de “Joker”, la película de Todd Phillips protagonizada por Joaquin Phoenix. Y no es para menos, el Joker es uno de los grandes villanos de la televisión y por primera vez se le da el máximo protagonismo para permitirnos indagar en sus orígenes.
La imagen del villano en las películas de superhéroes es vital para la trama, pero pocas veces se le ha prestado atención a la vida del malo más allá de su lucha contra el protagonista. Esta película es una vuelta de tuerca, pone en el punto de mira la transformación de este personaje.
La película gira en torno a la enfermedad mental del Joker (llamado en realidad Arthur Fleck), sin especificar en ningún momento de cuál se trata. Lo vemos por primera vez hablar de sus pensamientos y sentimientos ante una sociedad que le da de lado por ser lo que es. La ciudad en la que vive está asolada por la corrupción, las huelgas, la miseria… Una ciudad donde los ricos son intocables y los pobres no son nadie.

¿Soy yo o el mundo se ha vuelto loco?
Joker, 2019
Lo primero que te preguntas cuando ves al Joker en acción es:
¿un psicópata nace o se hace?
El marco de este personaje da que pensar: un trabajo precario como payaso; una madre enferma a la que cuidar; una asistente social que semana tras semana le hace las mismas preguntas sin llegar nunca a escucharle realmente; un sueño roto de triunfar como cómico; una vida solitaria y llena de sufrimiento, maltratado en su infancia. La sociedad le margina por tener una enfermedad mental, se burlan y le pegan por ello. Se siente tan invisible que incluso llega a cuestionarse su propia existencia.
Todos estos factores son caldo de cultivo para muchas de las etiquetas diagnósticas que se le han atribuido. El Joker siempre ha despertado un gran interés, se ha hablado de psicopatía, de trastorno antisocial de la personalidad, de esquizofrenia, psicosis, síndrome pseudobulbar…etc

Sobre este personaje se podrían hacer muchos post interesantes, podríamos centrarnos en su personalidad, en su relación con su madre, en los factores detonantes de su situación… Pero en esta ocasión me voy a centrar en una etiqueta que está saltando en los titulares los días posteriores a su estreno: la epilepsia gelástica.
Dejando atrás la psicopatía, la película ha puesto en primer plano un síntoma recurrente de este personaje: su risa patológica e incontrolable, y ya son muchos los que se preguntan qué es la epilepsia gelástica.
¿Qué es la epilepsia gelástica?
Es una forma rara de epilepsia no convulsiva que representa cerca de un 0,2% de todas las crisis epilépticas.
Las crisis gelásticas consisten en una explosión repentina de risa sin causa aparente, por lo general sin sensación de felicidad. Esta risa suena sarcástica o desagradable y suele durar menos de un minuto. La risa se combina con la contracción facial en forma de sonrisa.
A menudo estas risas van acompañadas de taquicardias, enrojecimiento y cambios en la respiración. La consciencia puede estar alterada, incluso las personas que la padecen pueden ser amnésicas al evento.
La risa se puede presentar durante la crisis en cualquier momento: durante el aura, durante la crisis o en el periodo ictal o en la etapa post-ictal y la persona no es capaz de controlarla.
En la mayoría de los casos, es debido a un hamartoma hipotalámico (tumor en el hipotálamo), pero también se ha descrito en lesiones del lóbulo temporal y frontal.
Las características clínicas de esta enfermedad pueden variar en severidad, desde la presión para reír hasta las convulsiones más debilitantes, la pubertad precoz y el deterioro cognitivo. Son varios los estudios que demuestran la presencia de problemas cognitivos en pacientes con epilepsia gelástica.
En la investigación de Quiske et al, se observó mediante pruebas neuropsicológicas que más de la mitad de los pacientes adultos con convulsiones gelásticas y hamartoma hipotalámica mostraron déficits en diversas funciones cognitivas como las funciones ejecutivas, la atención, las capacidades visoespaciales o la memoria.
Otra de las variables que se ha estudiado en pacientes con esta condición es la presencia de comorbilidad psiquiátrica. Los estudios demuestran que hay una tasa mayor de afecciones psiquiátricas como:
- Trastorno de oposición desafiante
- TDAH
- Trastornos de conducta
- Retraso del habla
- Problemas de aprendizaje
- Trastornos de ansiedad
- Trastornos del estado de ánimo.
A pesar del uso de dosis más altas y varias combinaciones de fármacos antiepilépticos, la libertad de las crisis o su control rara vez se logra en este grupo.
¿La epilepsia gelástica es la única enfermedad con risa patológica como síntoma?
Pues no, son varias las patologías que incluyen la risa como síntoma, por ejemplo:
- Manía
- esquizofrenia
- Enfermedad de Alzheimer
- Síndrome de Angelman
- Trastornos depresivos
- Convulsiones psicógenas no epilépticas
- Estrés postraumático
- síndrome pseudobulbar
- intoxicaciones (alcohol, LSD, cannabis)
Con lo cual es crucial un buen diagnóstico diferencial mediante pruebas de neuroimagen, EEG, toxicología y evaluación psicológica y psiquiátrica para poder finalmente diagnosticar al Joker.
La única forma de saber si la risa incontrolable del Joker es debida a la epilepsia gelástica o no, sería con esas pruebas, pero sin paciente, no hay diagnostico…
Psicopatía, epilepsia gelástica, estrés postraumático, psicosis, esquizofrenia… ¿Qué diagnóstico le darías tu?
Lo que sí está claro es que si no has visto la película debes hacerlo y tomar tus propias conclusiones sobre este icónico villano. No te va a dejar indiferente.

Bibliografía
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- Quiske, A., Frings, L., Wagner, K., Unterrainer, J. y Schulze ‐ Bonhage, A. (2006). Funciones cognitivas en pacientes juveniles y adultos con epilepsia gelastica debido a hamartoma hipotalámico. Epilepsia , 47 (1), 153-158.
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