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Efecto Mozart. ¿Realmente te hace más inteligente?

  • Categoría de la entrada:Neuropsicologia

Ni una inteligencia sublime, ni una gran imaginación, ni las dos cosas juntas forman el genio; amor, eso es el alma del genio.

Mozart

En la década de los 90 se popularizó el efecto Mozart, creando un gran revuelo al vincular la música del compositor con una mejora de las habilidades cognitivas.

El efecto se convirtió en un boom mediático cuando la publicidad mezcló conceptos de varios estudios y llegaron a la conclusión que los niños que escuchaban a Mozart serían más listos. Esto dio lugar a la comercialización de métodos de estimulación para realizar en casa o en centros especializados en nombre de la ciencia.

¿Qué hay de verdad en todo esto? ¿Es el efecto Mozart un reclamo publicitario sin más? ¿Está basado realmente en la ciencia?

 

Empecemos por el principio:

¿Qué es el efecto Mozart?

Este efecto fue descrito en 1993 por Rauscher y colaboradores como resultado de su experimento. Realizaron pruebas pre y post de razonamiento abstracto/espacial a 36 estudiantes universitarios a los que dividieron en tres grupos:

  1. Escucharon música minimalista
  2. Escucharon la sonata para dos pianos K.448 de Mozart
  3. Estuvieron en silencio

El grupo que escuchó la sonata K.448 obtuvo un mejor resultado en las pruebas de habilidades visuoespaciales. Esta mejoría incrementaba la puntuación del cociente intelectual de aproximadamente 8 puntos según los autores.

Sin embargo, esta mejora no se mantenía en el tiempo, tras 10-15 minutos desaparecían los efectos.

Dos años más tarde, los mismos autores, publicaron un nuevo estudio donde 79 jóvenes debían averiguar qué forma tendrían diferentes trozos de papel después de doblarlos y cortarlos de una determinada manera. Una vez que respondían se dividían en tres grupos en los que se les exponía a 10 minutos de música o de silencio al igual que el primer estudio. Después de esos minutos se repetía la prueba, los que habían escuchado a Mozart lograron predecir un 62% más que la primera vez, mientras que el grupo que estuvo en silencio y el grupo de música minimalista sólo mejoraron alrededor de un 10% sus respuestas.

A partir de estos estudios se realizaron numerosas investigaciones sobre el efecto Mozart. Incluso se realizaron estudios con animales. Por ejemplo, pusieron la música de Mozart a ratas con hipertensión arterial lo que provocó que disminuyera la presión arterial con un aumento del calcio y del contenido de dopamina cerebral.

Algunos investigadores pudieron replicar los datos del estudio inicial pero muchos otros estudios no encontraron resultados significativos. Esto provocó un debate sobre la eficacia del método o la metodología usada en las investigaciones.

 

 

Efecto Mozart en la epilepsia

Son muchas las investigaciones existentes sobre los beneficios de la música tanto en personas sanas como con enfermedades neurológicas pero lo que más llama la atención, son los estudios sobre epilepsia y los efectos de escuchar la música de Mozart. 

Son muchos los autores que han encontrado que las descargas epileptiformes disminuyen hasta en un 50% durante y después de escuchar la sonata K.448.

Por ejemplo en la investigación de Lin (2011) mostraron que el efecto musical es más significativo en pacientes con descargas centrales, frontales, generalizadas y temporales, y es menos obvio en aquellas personas con descargas occipitales.

Estos autores investigaron también sobre el efecto a largo plazo de escuchar esta sonata, y sus conclusiones son que disminuye las descargas epileptiformes de forma cronológicamente progresiva en individuos con epilepsia.

 El efecto Mozart es un tratamiento complementario, seguro y alternativo para adultos y niños con epilepsia. Aunque estos datos son prometedores, la evidencia de la eficacia del efecto Mozart no es del todo concluyente, son necesarios más estudios.

 

¿Qué tiene la sonata K.448 de especial?

Se eligió la música de Mozart porque su música se considera puramente “cortical”, desde que era niño componía toda la pieza en el cerebro. Componía con líneas melódicas mucho más repetitivas que otros compositores, pero cambiaba las notas o los intervalos.

La característica que más diferencia a la sonata K.448 es su periocidad, es más larga que las composiciones de otros autores. Al prolongarse la periodicidad se repiten también las melodías y no solo las notas. Se ha comprobado que en Mozart son más frecuentes periodicidades de 10 a 60 s. 

Una de las hipótesis sería que las frecuencias de esta partitura en particular, producen una serie de frecuencias alfa y theta que ayudaría a sincronizar la actividad cerebral entre ambos hemisferios. Otra hipótesis es que el predominio de frecuencias bajas de esta obra estimularían el cerebro, de modo que al aumentar la relajación también aumenta la recepción de la información. 

Otros estudios han sugerido que los estímulos musicales de Mozart inducen la actividad parasimpática que puede estar involucrada en la reducción de las descargas epileptiformes y la tasa de recurrencia de las convulsiones. 

 

Concluyendo… ¿Aumenta tu inteligencia al escuchar a Mozart?

Aunque el efecto Mozart tiene una base científica está rodeado de controversia:

  1. Para empezar no todos los autores pudieron replicar los estudios de Rauscher que afirmaban que aumentaba la puntuación del cociente intelectual de 8 puntos.
  2. Los efectos duran 10 minutos, y luego desaparece, por lo que no obtendrás grandes progresos en cuanto a inteligencia
  3. La metodología de los estudios lleva a confusión, hubo autores que defendieron que el nivel de alerta que genera la música o el disfrute que provoca escucharla, son factores a tener en cuenta, sobre todo en el caso de la sonata K.448 porque suele gustar a la mayoría.
  4. También está el hecho de que escuchar esta música produce relajación, lo cuál podría ser la causa de los resultados.
  5. Son varias las revisiones que concluyen que no hay cambios significativos en las habilidades cognitivas de las personas que habían escuchado a Mozart, tachando este efecto de leyenda científica.
  6. Varios investigadores además aseguran que el efecto varía según la persona y según las tareas espaciales elegidas.
  7. En cuanto a la epilepsia, no tiene ningún efecto adverso escuchar a Mozart y sí parece haber un cierto acuerdo sobre sus efectos beneficiosos para disminuir las descargas epileptiformes, con lo cual puede ser un buen método complementario.

 

Aquí tienes la sonata para que puedas escucharla y sacar tus propias conclusiones:

 


 

  • Brackney, D. E., & Brooks, J. L. (2018). Complementary and Alternative Medicine: The Mozart Effect on Childhood Epilepsy—A Systematic Review. The Journal of School Nursing34(1), 28–37.

  • Hernando-Requejo V. Epilepsia, Mozart y su sonata K.448: ¿es terapéutico el ‘efecto Mozart’? Rev Neurol 2018; 66: 308-14. 
  • Lin, L. C., Lee, W. T., Wu, H. C., Tsai, C. L., Wei, R. C., Mok, H. K., … & Yang, R. C. (2011). The long-term effect of listening to Mozart K. 448 decreases epileptiform discharges in children with epilepsy. Epilepsy & Behavior, 21(4), 420-424.

  • Lin, L. C., Chiang, C. T., Lee, M. W., Mok, H. K., Yang, Y. H., Wu, H. C., … & Yang, R. C. (2013). Parasympathetic activation is involved in reducing epileptiform discharges when listening to Mozart music. Clinical Neurophysiology, 124(8), 1528-1535.

  • Talero-Gutiérrez, C., Zarruk-Serrano, J. G., & Espinosa-Bode, A. (2004). Percepción musical y funciones cognitivas.¿ Existe el efecto Mozart. Rev Neurol, 39(12), 1167-73.

 

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