“El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo”. Alain Emile Chartier
¿Eres de los que cierran los ojos viendo una película de terror? ¿Se te ponen los pelos de punta al pensar en Freddy Krueger o la niña del exorcista? ¿te dan fobia las arañas, las serpientes, volar o hablar en público? ¿o sólo sientes miedo al recibir la factura de la luz?
Sea como sea, el miedo es la emoción más estudiada y la que más se presenta en multitud de cuadros psicopatológicos, veamos cómo funciona este peculiar sentimiento.
MIEDO VS ANSIEDAD
Aunque ambas surgen cuando nos sentimos amenazados hay varias diferencias:
- El miedo es un sentimiento producido por un peligro presente e inminente, por lo que está muy ligado al estímulo que lo genera. Por ejemplo, si vas de noche por un callejón y ves a alguien extraño empiezas a sentir miedo y tu cuerpo te prepara para el afrontamiento o la huida
- En cambio, la ansiedad hace referencia a a la anticipación de un peligro futuro, indefinible e imprevisible: Miedo a tener un accidente de coche, miedo a que nos dejen, miedo a la muerte… En estos casos hay un estado de activación pero sin dirección, no disponemos de ninguna acción que nos lleve a evitar o escapar de la ansiedad. ¿acaso alguien puede escapar o evitar la muerte?
¿PARA QUÉ SIRVE TENER MIEDO?
Puede que detestes las películas de terror, que no te gusten las taquicardias ni que te suden las manos, que lo pases mal cuando alguien te da un susto y te enfades por ello, pero… el miedo es muy bueno, es genial poder sentirlo. Te explico el por qué:
El miedo tiene función adaptativa, sin él, seguramente nos hubiéramos muerto hace millones de años.
- Es el que te activa para llevar a cabo una conducta que te distancie del estímulo peligroso.
- Facilita las respuestas de evitación y escape y afrontamiento.
- Te ayuda a prevenir que interactues con elementos (ya sean personas, objetos o situaciones) que son potencialmente peligrosos.
- Facilita vínculos sociales ayudando a huir a otros o ayudando en defensa colectiva.
- Y además, hace que aprendas nuevas respuestas que te aparten del peligro.
Sin el miedo, te acercarías sin inmutarte al borde de un precipicio, acariciarías escorpiones y elegirías las alternativas más arriesgadas y peligrosas, en definitiva serías más irresponsable.
EL CENTRO DEL TERROR
La amígdala juega un papel central en las reacciones emocionales básicas y, especialmente en las experiencias de miedo, tanto innatas como aprendidas.
Recibe proyecciones de todas las áreas corticales de asociación sensorial y del hipocampo, por lo que es clave para el procesamiento emocional de las señales sensoriales, así como para establecer asociaciones emocionales en función del contexto. También recibe proyecciones del tálamo, y es toda esa confluencia de proyecciones hacia la amígdala lo que dota de significado afectivo a los estímulos.
Cuando nos llega un estímulo parece que sigue dos vías, una rápida y otra lenta. Por ejemplo, imagina que vas andando por el campo y ves algo que parece ser una serpiente, al instante, sin pensarlo das un salto y te echas hacia atrás, (ésta es la vía rápida) pero al observarlo mejor te das cuenta de que en realidad es un trozo de cuerda, entonces te relajas y sigues tu camino (ese procesamiento es la vía lenta)
¿Y esto para qué sirve?
La vía rápida se da por debajo del umbral de la consciencia, es como un reflejo, necesitas actuar rápido para salvarte, esta vía te permite elaborar respuestas casi instantáneas al peligro. Es un “sálvese quien pueda”. Por eso, el estímulo al llegar al tálamo, éste lo manda directamente a la amígdala sin procesar, y que ella ponga en marcha las respuestas defensivas.
Al mismo tiempo que ocurre esto, se va dando la vía lenta, en la que el tálamo manda ese mismo estímulo a la corteza cerebral para que ésta de información del peligro y la interprete, es la que te dice ” pero si es una cuerda! sigue andando y finge que no ha pasado nada!…”
Hay una tercera vía en la que conversan el hipocampo y la amígdala y ahí es donde se da el aprendizaje y el condicionamiento al contexto. Por ejemplo si te dan miedo las serpientes y un día te encuentras una en el campo, asociarás “campo” con peligro y lo recordarás siempre que vayas o veas un campo.

¿Y QUÉ PASA SI NO TENGO MIEDO?
¿Al igual que Juan sin miedo puede haber personas que no sientan nunca el miedo?
Hay muchos estudios que han demostrado que la amígdala es una estructura crítica para la adquisición, almacenamiento y expresión de la respuesta condicionada de miedo, además del reconocimiento facial en otros de dicha emoción.
Por lo tanto, si hay una lesión en estas estructuras, encontraremos diversas alteraciones:
- La extirpación de la amígdala es una técnica que se ha empleado para reducir la agresividad, violencia e hiperactividad. Estos pacientes muestran un umbral más alto para la percepción del miedo.
- Una lesión en la amígdala bloquea el condicionamiento del miedo, provoca una alteración en el reconocimiento facial y disminuye la capacidad de los pacientes para identificar tanto la emoción de miedo como su intensidad.
- Síndrome de Klüver-Bucy: Es un trastorno ocasionado por el daño bilateral de los lóbulos temporales, especialmente de la amígdala. Algunos de sus síntomas son la ausencia del miedo, la hiperoralidad, hipersexualidad, trastornos de memoria, etc.
- Enfermedad de Urbach-Wiethe: Es una enfermedad genética caracterizada por daños dermatológicos, mala cicatrización de las heridas, labios amarillentos, etc. En un porcentaje de los pacientes la lesión llega a calcificar ambas amígdalas lo que da lugar a problemas para reconocer el miedo y para sentirlo. Se vuelven personas temerarias ya que no pueden evaluar situaciones peligrosas. El caso más famoso es el de S.M
¿Qué pasa en mi cerebro cuando tengo miedo?
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